POR UNA BALA DEJÓ DE PEDALEAR… PARA EMPEZAR A VOLAR

LA HISTORIA DE ROBIN DE LEÓN ES UN EJEMPLO QUE CUANDO SE QUIERE… SE PUEDE!!

ROBIN DE LEON es un guatemalteco que venció la adversidad, que logró cumplir sus sueños. Un gran ejemplo a seguir.

LO ENCONTRAMOS. Con esta fotografía publicamos el 15 de julio de 2011al guatemalteco que venció la adversidad y hoy se los presentamos. Para ver la publicación de CGN de esa fecha, haga click en esta imágen. Fotografía: Robin Martínez/CGN

Hace poco más de un año publicamos la nota «GUATEMALTECOS QUE SUPERAN LA ADVERSIDAD» motivados por la fotografía que captamos en la calzada Aguilar Batres el pasado 15 de julio de 2011.  En esa ocasión un motorista llamaba la atención de todos a su paso, por lo inusual del piloto:  Dos muletas y la falta de una pierna.

Robin de León es el vivo ejemplo que Dios no nos permite pruebas que no podamos superar. Fotografía: Robin Martínez/CGN

Luego de eso localizamos a este piloto en la zona diez de la ciudad de Guatemala.  Entablando una conversación con él, empezamos a conocerlo; se llama Robin de León.

Muy joven, con apenas veinte años de edad, Robin trabajando en moto como mensajero.  Hasta el 5 de marzo de 2009 le gustaba andar en bicicleta para todo, pero esa afición se vió detenida cuando ese día una bala perdida y lastimosamente -para entonces- tuvieron que amputar su pierna izquierda.

El dolor obvio de la situación y por tener a su esposa Francisca y su pequeño hijo Angel David, Robin cayó en una profunda depresión por ver limitadas sus facultades físicas y proveer el alimento para su familia.  Por ello se vió obligado a pedir dinero en algunas calles de la ciudad.  «Es triste ver cómo no solo no sale para el sustento de mi familia pidiendo dinero en la calle, sino que además te suben el vidrio del carro cuando te acercás»  comenta Robin.

Actualmente trabaja como mensajero recorriendo la ciudad de Guatemala.

Aunque siempre le gustaron las bicicletas, también le llamaron la atención las motos.  Por cosas de Dios y del destino, un amigo le regaló una moto y pensó en la forma para movilizarse en ella, así que probó manejarla pero con problemas para poner «la primera».  Este punto fué el inicio de lo que a todos asombraría en Robin, quien dedicó muchas horas, días y semanas pensando en preparar un sistema que le permitiera algo diferente para lograr manejar la moto y se le ocurrió hacer la palanca acorde a su necesidad y estatura.

«Me he caído muchas veces y ya choqué en una ocasión» dice con una sonrisa, porque si algo le sobra a Robin en la actualidad, es optimismo.  Apenas cuatro meses después de la tragedia de la bala perdida, ya manejaba su moto.

CON LA BOCA ABIERTA

Anécdotas no le han faltado a Robin durante sus recorridos en moto -y no es para menos- porque no todos los días vemos a un motorista conducir sin una pierna y el agregado de las muletas perfectamente acopladas al vehículo y sin riesgo de caerse.  Este joven guatemalteco se desenvuelve como cualquier otro piloto y en un par de ocasiones, cuando lo vieron pasar… hasta se quedaron con la boca abierta; «no lo voy a olvidar» dice Robin de León.

«Me siento felíz y honrado de hacer lo que hago» dice, porque además de la moto, ha manejado ya bicicleta con una sola pierna.

ROBIN, A LA PISTA

Robin de León en la pista, como corredor de motovelocidad.

Tras una cosa buena, viene otra.  No solo el ingenio de Robin se demostró venciendo la adversidad, sino que su creatividad para el acondicionamiento de su moto para poder seguir trabajando y proveer a su familia.

Además logró cumplir su nuevo sueño de correr en moto y ahora participa activamente en competencias de motovelocidad, en las que ha destacado gran cantidad de veces, y como él mismo lo dice «cosas que nunca hice con dos piernas… ahora las hago con una sola».

Robin de León es una muestra que cuando el destino te deja sin una pierna para caminar… te deja la otra para volar y él encontró la fórmula: Fe y perseverancia.