CHAPINES EN BICICLETA

SI ALGO IDENTIFICA A LOS GUATEMALTECOS EN TODO EL MUNDO, ES LA CREATIVIDAD PARA RESOLVER CUALQUIER SITUACIÓN.  MÁS AÚN QUIENES NO LE VEN UN «PERO» O «EL FEO» A CÓMO SALIR ADELANTE, APORTANDO PARA GUATEMALA.

Cicloperiodismo CGN.  En esta nota, la primera en CGNnoticias.com que crecerá poco a poco, daremos a conocer a los guatemaltecos que se ganan la vida al pedalazo.  Aquellos que además de no contaminar el ambiente, no gastan en combustible, ahorran tiempo de tráfico y, por si fuera poco, llevan una vida saludable.  Ellos son, los Chapines en Bicicleta.

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JOSÉ LINARES es Ciclista Urbano desde que «se picó» al ver un programa de televisión por cable.
Fotografías: Robin Martínez/CGN

JOSÉ LINARES

“He aprendido a respetar al ciclista… principalmente al que vaya al lado mío» 

Junio 11/2015.  Trabaja en un «call center» en la zona diez de la ciudad de Guatemala y es hacia donde pedalea todos los días desde su casa.

Su vida cambió cuando en un programa de televisión por cable vió escenas de como se utiliza la bicicleta en países europeos y esto lo inquietó a probar usar su bicicleta para ir al trabajo… y le gustó!!

De esto ha pasado un poco más de un año y su desarrollo en el ciclismo urbano ha sido tal que innovó en su máquina y la cambió por una más acorde a su estilo y necesidades al pedalear; manifiesta que ahora entiende más del respeto al ciudadano ciclista, pero principalmente a todo aquel que va a su lado por las calles.

De otros detalles que me compartió José Linares, les dejo esta entrevista que seguramente le dejará mucho a usted también, porque nos habla de salud y otras cosas de interés todo, por ser un Ciclista Urbano.

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Benjamín Calderón integra el Ballet Guatemala y diariamente llega al Teatro Nacional en su bicicleta.
Fotografías: Robin Martínez/CGN

BEJAMÍN CALDERÓN

“El doctor me recetó una bicicleta» 

Marzo 20/2015.  Integrante del Ballet Guatemala, Benjamín Calderón es un joven artista de la coreografía y diariamente viaja en su bicicleta fixie desde su casa en la zona 2 de la ciudad de Guatemala hacia el Teatro Nacional ya sea para ensayos, o presentaciones oficiales… ese es su trabajo artístico.

Benjamín disfruta la ciudad en una «fixie».

Lo interesante del caso con Benjamín, es que hace un año el médico le dió una receta en la que -además de los medicamentos- le recetó… manjear bicicleta.

La llegada de la bicicleta a la vida de Benjamín, trajo otras cosas más que un nuevo estilo de vida.  Pedalear le hizo comprender cosas que antes incluso ni aceptaba pero ahora comprende y comparte con la comunidad ciclista de la ciudad de Guatemala.

El resto de la historia se las comparto en esta interesante entrevista con Benjamín, el bailarín.

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A SERGIO ESCOBAR el destino le cambió el carro por una bicicleta.
Fotografía: Robin Martínez/CGN

SERGIO ESCOBAR

“Desde que me robaron el carro, voy en bicicleta y ahora tengo la calle libre» 

Febrero 11/15.  Sergio Escobar es un entusiasta de la bicicleta que pedalea desde hace cinco años y, como dicen popularmente “no hay mal que por bien no venga”, desde ese día utiliza la bicicleta para como su medio de transporte personal y así movilizarse desde su casa en la zona uno hacia su trabajo en la zona diez de la ciudad de Guatemala.

Según asegura Sergio, le gusta conducirse en bicicleta porque es más sano, le permite ahorrar mucho tiempo de camino (aproximadamente una  hora si usara carro desde su casa) y, por si fuera poco, en las tardes no tiene problema con la hora pico, pues en su bicicleta tiene la calle libre y aprovecha las ciclovías cada día por diez kilómetros de ida a su trabajo, y diez kilómetros de regreso a su casa por las tardes.

Les comparto un video de la entrevista con Sergio Escobar, en la que comparte experiencias para que más guatemaltecos se animen a usar una bicicleta en la ciudad ya que tanto el tipo de bicicleta, como los “altos kilometrajes” son un mito y la realidad de pedalear por la ciudad es otra muy favorable para nosotros.

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Rolando Alfaro es fotógrafo y especialista en impresiones fotográficas.  Fotografía: Robin Martínez/CGN

ROLANDO ALFARO

«Hay una libertad que solo en bicicleta se puede vivir»

Junio 18/14.  Es profesional de la fotografía, trabaja en el laboratorio ISO Digital de la zona 10; tiene 42 años y desde pequeño es un apasionado de la bicicleta.

Recuerda sus escapadas con sus amigos para colasear cerca de su casa, pero por cuestiones de trabajo y familia ha pasado muchos años transpotandose en carro, pero dejó las cuatro ruedas para comprar una moto y así ahorrar algo de tiempo y consumo de gasolina.  Claro está que en moto se llega más rápido a ciertos lugares que yendo en carro, así que Rolando la compró en diciembre de 2013.

Fué tal el impacto de la bicicleta en la vida de Rolando, que usó la moto solo por tres meses… y mejor la vendió. Fotografía: Robin Martínez/CGN

Me cuenta Rolando Alfaro que cuando iba en carro, y veía a alguien pasar a su lado en bicicleta, llegaba a el una sensación de «no libertad» o envidia de verlos pasar tranquilamente mientras él estaba encerrado dentro de su carro, sin poder avanzar a causa de los embotellamientos.

Así fué como se decidió por la moto, pero una vez cuando la manejaba por la zona 5, durante la luz roja de un semáforo paró justo al lado de un ciclista urbano y se pusieron a conversar.  De esa plática volvieron muchas ideas de antes a la mente de Rolando, porque le preguntó desde hace cuánto tiempo pedaleaba, si no le daba miedo andar entre el tráfico o si creía que realmente era seguro usar la bicicleta en la ciudad y, entre tantas cosas que el ciclista le respondió, le dijo «animate… comprate una bicicleta» y lo convenció.

En marzo de 2014, y por cosas de la vida, Rolando logró negociar la bicicleta que ahora usa.  Le cambió las llantas por unas de ciudad, le colocó luces y ahora le lleva de 45 minutos a 1 hora trasladarse desde su casa en la zona 2, a su trabajo en el Diagonal 6 de la zona 10.

«Voy y vengo con toda la libertad del caso, y ahora solo uso la bicicleta todos los días… me siento super bien; no hago colas, ahorro tiempo y gasolina… súper!!» me dice Rolando.

Aún así, y para terminar la entrevista, no pude quedarme con la duda y le pregunté y la moto…?  él respondió «Jí… la vendí!!»

Para Rolando Alfaro, la libertad que se vive al viajar por la ciudad en bicicleta, le dió un mejor estilo de vida. Fotografía: Robin Martínez/CGN

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ARMANDO GAITAN

DON ARMANDO Gaitán lleva once años ganándose el sustento en bicicleta. Fotografía: Robin Martínez/CGN

«Como solo en bicicleta me mantengo, por eso me mantengo»

Mayo 22/14.  En la trece calle y sexta avenida de la zona diez, un camión descargando materiales de construcción obstruía el paso y casi quince carros estaban parados a medio camino esperando pasar y cuando varios de ellos apurados y estresados -por el tiempo de espera- bocinaban y bocinaban, me hice paso entre todos ellos y cuando pasé a un lado del camión por la orilla de la calle, allí encontré a don Armando Gaitán.

Pedaleando delante mío, en una bicicleta montañesa; él con su casco negro y fácil de ver por su chaleco color naranja.  Al pasar junto a él le dije «somos la envidia de todos ellos…!» y nos reímos, gozando de ser los únicos que pasamos sin problema mientras todo el tráfico detenido se quedaba atrás de nosotros a medida que pedaleabamos nuestras bicicletas.

Este hombre sencillo, de 57 años, trabaja como mensajero para Mac Estudios, llevando y trayendo materiales publicitarios y papelería de clientes y otros asuntos importantes.  Son ya once años los que lleva pedaleando para ganarse la vida y me cuenta que «la bicicleta es mi vehículo que yo uso siempre.  Hasta varias personas me dicen que -como solo en bicicleta me mantengo- que por eso me mantengo» y es que realmente don Armando sabe usar la bicicleta en la ciudad de Guatemala.

Cuenta que la bicicleta no es de él, se la dan en la empresa, pero «la uso y la cuido como si fuera mía… porque no tengo una propia y muchas veces me voy  en ella a mi casa.  Eso sí, quiero ahorrar para comprar una mía».

No ve problema en que en más de uno que otro lugar no le permiten ingresar con su bicicleta cuando llega para algún trámite, él siempre lleva su candado para tenerla lo más segura posible; allí va don Armando Gaitán… que más parece un patojo en bicicleta.

A don Armando no le faltan el casco y el chaleco cuando va en bicicleta… es un ciclista urbano muy resonsable y prudente. Fotografía: Robin Martínez/CGN

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ALEJANDRO ARGUETA

El licenciado Alejandro Argueta es también catedrático universitario y se dedica a casos laborales.    Foto: Robin Martínez/CGN

«Como abogado, ser ciclista en la ciudad me permite conocer una ciudad de Guatemala más real»

Febrero 25/14.  Alejandro no solo es un hombre de leyes; abogado laboralista y también es catedrático universitario  que desde niño ha gustado mucho de la bicicleta pero que hace 5 años empezó a utilizarla ocasionalmente para ir al trabajo, pero el cambio se vino en 2012 cuando se dedicó 100% a ser un abogado sobre ruedas que anda en bicicleta como su transporte personal para trabajo por la ciudad de Guatemala.  Es extraño, pero a las audiencias que exige su profesión, llega en bicicleta.

Según sus propias palabras, “me gusta andar en bicicleta por tres razones:  La primera porque me gusta andar en bicicleta; la segunda porque resuelve mi situación económica y, la tercera, porque es más eficiente, rápida, tranquila y beneficiosa para mi salud al darme más alegría a lo largo del día”.

A Alejandro, el hecho de ser abogado y andar en bicicleta, no le resta su donde gentes.  Reconoce que “más que ahorrar, es lo que ya no podía pagar…!!  Por ejemplo, al dejar de usar un carro, se deja de pagar estacionamientos (Q500 al mes); consumo de gasolina (de Q800 a Q1,000 al mes) que son recursos que ahora puedo usar en otras cosas”.

Por ser algo completamente inusual ver a un abogado llegar en bicicleta a una cita, Alejandro dice detectar dos grupos de reacción entre las personas.  Uno, el que ve el hecho de andar en bicicleta como un símbolo de fracaso económico o de pobreza… de alguien que no vale; gente que cree que solo al pobre le corresponde usar una bicicleta porque no tiene oportunidad de tener un carro y su reacción hacia el ciclista urbano es despectiva, y esto es lamentable.

El segundo grupo es de aquellos a quienes les da curiosidad y desean, pero no se atreven a usar la bicicleta en la ciudad, pero les gusta la cicle.  “Yo prefiero pensar que el grupo dominante, el que prevalece, es el que quiere cambiar las cosas porque la bicicleta es un símbolo de una mayor democratización en la ciudad”.

Usar la bicicleta en la ciudad le la dejado mucho y muy positivo, Alejandro dice que mientras pedalea por las calles ha mantenido una relación directa con las personas que andan en bicicleta y ha encontrado gente muy noble, sencilla y muy trabajadora.  Ha conocido plomeros, albañiles, gente de maquilas y hasta los mismos policías de la PMT que andan en bicicleta –y conocerlos- es una experiencia le ha permitido conocer una perspectiva diferente de la vida en la ciudad.

“Ser ciclista en la ciudad me permite conocer una ciudad de Guatemala más real; todo el tiempo encuentro calles, parques y negocios de comida o locales de sastres o artesanos que uno nunca ha visto, precisamente por no ponerle atención al ir en carro, o porque el bus no pasa por esos lugares… calles que ni te imaginabas que existían y que te permiten ahorrar hasta quince minutos de camino al ir en una ruta tradicional en carro, son lugares que he conocido por ir en bicicleta”.

En su maleta lleva guardada la corbata para asistir a sus audiencias y cree firmemente que la bicicleta es «un símbolo de una mayor democratización en la ciudad”. Fotografía: Robin Martínez/CGN

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Salomón dice que «andar en bicicleta me ha cambiado la vida y me ha hecho más disciplinado».  Fotos: Robin Martínez/CGN

SALOMÓN PINTO

«Por seguridad, ahorro y salud, mejor en bicicleta que en bus»

A Salomón Pinto lo conocí durante una competencia de ciclismo en el boulevard de Jardines de la Asunción (Diagonal 14) en agosto de 2013; un patojo de 27 años que desde hace cinco años usa su bicicleta para ir al trabajo, es uno de los especiales urbanos que usan bicicleta de piñón fijo -o «fixie» como la moda le llama ahora- y tiene bien definido lo que quiere.

Trabaja en la venta de bicicletas Eurobikes en la zona 10 de la ciudad de Guatemala; vive y trabaja entre bicicletas y como regalo de la vida se llama igual que su padre -Salomón Pinto (QEPD)- un ciclista colombiano que cuenta tuvo un equipo de ciclismo «Balanzas Icoba» allá por la década de los 80 y fué allí cuando su inclinación por el ciclismo nació y fué su padre quien le enseñó a manejar bicicleta a los tres años.

Como todo un ciclista urbano, va y viene del trabajo y al preguntarle porqué optó por usar la bicicleta en la ciudad de Guatemala me dijo que «la inseguridad que se vive en el país, a ir expuesto en un bus y la vía pública; esa psicosis que se vive tanto en carro como en transporte público, más la búsqueda de ahorro en gasolina y pasajes… fueron el principal motivo para optar por el ciclismo urbano, además del tema de salud que generó en mí un concepto, algo bueno y un estilo de vida que me cambió todo el panorama.  Fue dar un paso de menos a más que me ha forjado y me ha hecho una mejor persona.

Andar en bicicleta me ha ayudado en mi trabajo y me ha disciplinado.  Tomarlo como deporte me ha subido el autoestima».

Actualmente Salomón Pinto practica muy seriamente el ciclismo de ruta, participando con la liga de ciclismo Asomaster, integrando el equipo de su lugar de trabajo y siempre que alguien lo ve pasar, es una imágen habitual con su casco blanco, lentes y su mochila a la espalda.

Dice Salomón Pinto que cuando pedaleó la bicicleta de su papá sintió gran atracción por el ciclismo de ruta. Fotografía: Robin Martínez/CGN

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Desde hace ocho años no deja la bicicleta, ni a sol ni a sombra. Lo podrán ver pedalear aún bajo la lluvia. Fotos: Robin Martínez/CGN

LUIS QUEVEDO

«La cultura de la bicicleta es una herencia de su abuelo, don Mingo».

Frecuentemente nos encontramos pedaleando por el sector de la zona 5, el barrio de los dos.  Y es que hace muchos años también coincidimos en el escultismo cuando formábamos parte del movimiento de los Boy Souts (yo en el grupo 41 y Luis en el grupo 14), pero la amistad realmente se dió cuando ya maduramos en la bicicleta.

Luis Quevedo nació el 31 de marzo de 1970, tiene 43 años.  Con la bicicleta como su medio de transporte, confiesa que es el amor de su vida y uno de los hobbies más importantes para el.

EL CICLISMO URBANO CRECE. «Trabajo en un edificio de lujo, donde solo ves carros finos en el parqueo, donde antes solo veías mi bicicleta en un rincón… ahora hay tres más» dice Luis Quevedo.

Empezó a pedalear desde los cinco años y así pasó toda su infancia y adolescencia.  “Creo que viene de la sangre porque soy de una familia ciclista; mi papá, mi abuelo, ciclistas veteranos…  mi abuelo –Domingo Quevedo- fué cronometrista de muchas Vueltas a Guatemala y fue el quien nos dejó esta herencia de la bicicleta” dice emocionado Luis cuando vuelve a recordar cómo la bicicleta invadió su vida.

Así como le sucedió a el, sucedió con su papá porque de una u otra manera la bicicleta ha sido parte de su vida en la familia.  Luis Quevedo pasó su adolescencia montado en una BMX y ahora, desde hace ocho años utiliza los pedales para ir a su trabajo todos los días.

La bicicleta ha influído tanto en la vida de Luis Quevedo, que yendo en bicicleta fue que conoció a su novia, que hoy es su esposa.

Luis volvió a la bicicleta luego de sufrir un accidente en carro; por la necesidad de transporte tuvo que hacerlo en bicicleta y así fue como hace ocho años ya no la dejó, aunque esta nueva fase en pedales se dio cuando residía en El Salvador.  Reconoce que ahorra gasolina y ayuda al planeta porque “ya no le queda nada… estamos acabando con los recursos naturales y entonces es una parte donde puedo contribuír con eso… no contaminar” me dijo Luis.

En bicicleta conoció a la que hoy es su esposa, pero reconoce que el amor de su vida… es la bicicleta. Foto: Robin Martínez/CGN

Armó su bicicleta con un marco de montañesa que ya tenía a la mano; le adaptó componentes de gama baja pero que le funcionaran bien, básicos y necesarios para la ciudad.

Como deporte, su pasió fue la BMX al principio.  Luego en mountain bike se adaptó a la especialidad de downhill, y no descarta iniciarse en el ciclismo de ruta.  El movimiento de ciclismo urbano lo ve como un tema emocionante porque es un deporte para toda persona y es un movimiento que va creciendo día con día; le gusta la idea que la Municipalidad de Guatemala realice los paseos nocturnos… la gente ya espera el bicitour de la muni, pero le gustaría que fueran más seguidos, porque cada día hay más gente.  Es una de las mejores cosas que han pasado.

Le pedí que me dijera en una sola palabra lo que ve de beneficio al andar en bicicleta y su respuesta fue “salud”.  Dice Luis que realmente cuando alguien te vende una bicicleta no te vende metal, ni diseño, ni velocidad… te vende salud.

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Don Pedro Osoy trabaja con su bicicleta desde hace treinta años. Fotografías: Robin Martínez/CGN

DON PEDRO OSOY

«La Tamalera y la Hincapié… a diario»

Muy amable don Pedro cuando lo rebasé en la séptima avenida de la zona nueve, me saludó muy sonriente como para no conocerme.  Ha de ser porque ambos en bicicleta y con casco… como que hay una gracia distinta entre las personas.

Rapidito se cambió de carril y me tocó alcanzarlo para compartir de él con ustedes, así que les presento a este Chapín en Bicicleta, que a sus 60 años trabaja como mensajero para la empresa «Servicios Opticos».

Me cuenta don Pedro que le gusta andar en bicicleta desde los doce años, y que desde hace treinta trabaja diariamente pedaleando por la ciudad de Guatemala.

Vive en el sector de Villa Canales y diariamente se discute las cuestas de «La Tamalera» y la de «Hincapié» para entrar a la ciudad hacia la avenida Hincapié o Las Américas, recorriendo diariamente unos ochenta kilómetros entre el traslado desde su casa y sus rutas de trabajo, según cuenta don Pedro.

Con Q400 invirtió para su actual bicicleta y seguir trabajando.

Este recorrido diario le ha permitido desempeñarse muy bien en la montaña y aprovecha los domingos para dar sus paseos haciendo ciclismo de ruta junto a su hijo y dos amigos más, recorriendo hacia Escuintla o el puerto.

LE HAN ROBADO DOS BICICLETAS

Don Pedro, un caballero sencillo, ha sido víctima de los ladrones ya en dos ocasiones, cuando le han robado la bicicleta de donde la ha dejado estacionada -y con candado-, pero esto no lo detiene y hace algunos años invirtió Q400 para comprar la bicicleta Atala que usa actualmente.

Para él, trabajar en bicicleta tiene sus ventajas como pasar prácticamente en cualquier parte, es liviano, saludable y por demás económico, porque hace cambio de llantas en promedio cada cuatro meses… y se siente fantástico de salud.  Así es don Pedro Osoy… otro Chapín en Bicicleta.

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ENGLER GARCÍA

«De Villa Nueva a la capital… por andar en bicicleta»

ENGLER GARCÍA se mudó desde Villa Nueva, para recorrer la ciudad de Guatemala en bicicleta.

Su bicicleta lo ha acompañado durante 15 años… casi la mitad de su vida.

Coincidimos con Engler García en la zona diez.  Allí, esperando la luz roja del semáforo, lo alcancé y empezamos a conversar  de lo que evidentemente nos apasiona a los dos.  Me llamó la atención para esta nota, el verlo con su casco, anteojos protectores, guanteletas y una cinta reflectiva en el tobillo derecho… una buena muestra de practicar ciclismo urbano con seguridad.

Con treinta y dos años de edad -que no los aparenta- en Engler se nota que no anda en bicicleta por pasar el tiempo nada más.

Esas cosas se notan a primera vista y sabía que andaba trabajando, o venía de trabajar, dada la hora que nos encontramos.

“Ya te conocía” me dijo cuando me presenté con él.  Casualmente recorrimos la ciudad una noche, cuando los amigos de Velociudad Crew realizaron el Veloviernes de febrero de 2012.

Sin más adaptaciones que un manillar de montañesa, Engler convirtió su bici en una estilo urbano.

Engler estudia locución en la Escuela de Ciencias de la Comunicación en la USAC, trabaja en mercadeo de una mueblería en la zona 10 de la ciudad de Guatemala.

Vivía en Villa Nueva y muy apasionado por la bicicleta, viajaba diariamente a la capital para trabajar y estudiar, pero según sus propias palabras “por la cantidad de tráfico en la carretera, hacer dos horas de camino… como que es algo ridículo!!!”  esto lo motivó a mudarse a la zona 1 de la ciudad de Guatemala, y ahora le lleva solo diez a quince minutos llegar a su trabajo.

Desde hace dos años y medio, se convirtió en ciclista urbano recorriendo las zonas 1, 10, 11 y 12 con más regularidad.  “A todo lugar a donde voy, voy en cicle” dice Engler, a quien encontré circulando en la Diagonal 6 hacia la décima calle de la zona diez.

Su bicicleta de media carrera, la tiene desde hace quince años; únicamente le ha cambiado el manillar por uno de montañesa y así la ha adaptado para la ciudad… y hay que reconocer que es una bicicleta muy vistosa por su estilo.  La tiene desde que iba al colegio en Chimaltenango y siempre iba y venía en esta bicicleta.

Me dice Engler que “Andar en bicicleta por la ciudad, es lo mejor.  No hay atrasos, ni tráfico pesado para uno.  Me da mucha libertad… agarro la bici y no necesito un carro o un bus”

Aunque no ve en el ciclismo un deporte, como el de ruta, sí está entregado a disfrutar de las calles en su bicicleta, que no la cambia por nada; y no está en sus planes –ni a largo plazo- cambiar su vehículo de dos ruedas.

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DON LUIS ESCOBEDO

«Un artista sobre ruedas»

Don Luis Escobedo es ciclista urbano, pero también es Licenciado en Arte Dramático. Fotografías: Robin Martínez/CGN

«Desde niño nació un amor por la cicle… un amor que nunca va a acabar» dijo don Luis.

Al amigo Luis Escobedo lo encontré circulando en la zona 10 de la ciudad de Guatemala.  Mientras pedaleabamos, lo saludé, intercambiamos algunas palabras y su don de gente era evidente… no era cualquier persona.  Don Luis es carpintero profesional, licenciado en arte dramático y maestro de teatro.

Luego de conocer esto de él, detuvimos la marcha y así me contó acerca de su vida en bicicleta.  “Conocí la bicicleta desde niño y soy un enamorado de  la cicle”… dice que la primera que manejó era de un alquiler de bicicletas donde pagaba 5 centavos el cuarto de hora y desde entonces nació un amor que nunca va a acabar, solo hasta que le llegue el día de su partida ante la presencia de Dios.

Ama tanto la bicicleta por ser uno de los deportes más exquisitos, según sus propias palabras; “es un vehículo ancestral, ecológico, no contamina y ayuda a la salud del ciclista y a la alegría del alma.

Don Luis dice que en bicicleta ha encontrado bonitas experiencias y utiliza una bicicleta marca Cetron (de esas que ya no hacen).  Un marco de media carrera, femenil, pero que él adaptó para su uso personal.

Esta bicicleta la consiguió en la bodeguita de una casa que su señora madre tenía en alquiler.  La señora que era la dueña de la bicicleta se la regaló hace 14 años y desde entonces no se ha separado de ella.  Recorre en promedio veinte kilómetros diarios y se ha propuesto a corto plazo darle una nueva pintada en el taller de un gran amigo suyo.  Por las noches sale a realizar paseos de siete kilómetros, como su rutina personal.

La cicle de don Luis tiene los cambios originalmente en el reversible.

La cicle de don Luis es un libro de recuerdos.  Tiene todos sus componentes de hierro; es de las que tienen doble manecilla de freno y las palancas de cambios en el reversible.

Así es don Luis Escobedo, un artista del escenario y las finas maderas, recorriendo la ciudad de Guatemala en bicicleta.   Lo encontré circulando por la Diagonal 6 de la zona 10 de la ciudad de Guatemala y compartimos bastantes historias; es de los pocos que he visto que realiza sus señales físicas para cruzar, detenerse y cambiar de carril; usa su casco protector como ejemplo de cómo ser un buen ciclista urbano.

Muy interesante ver todavía frenos con extensión… pura historia.

Me mencionó algo muy importante.  “Guatemala es un país muy hermoso pero no hay una cultura de tránsito… mucha gente no respeta al ciclista, quien tiene que redoblar sus medidas de seguridad y –por supuesto- ir encomendado a Dios, bien protegido con su casco, sus lentes y sus guanteletas.  Hay que concienciar a la gente acerca de respetar al ciclista, porque es más difícil manejar una bicicleta que un carro… porque alguien puede comprar una licencia para manejar un carro, pero para bicicleta no.  Hay que saber equilibrar”.

Dice estar pidiendo al cielo, y espera que las autoridades municipales lo reconozcan,  para que den su derecho al ciclista y habiliten más tramos para circular de forma segura, como las ciclovías.  Lo que nosotros lo hacemos, lo hacemos en bicleta; “es probable que podamos que tengamos para otro vehículo, pero a nosotros la bicicleta nos gusta” aclaró don Luis.

“Quiero aprovechar a mencionarte, y talvéz muchos ciclistas no estarán de acuerdo conmigo…, pero  hace muchos años se pagaba un impuesto de circulación.  Algunas bicicletas usaban placa y se pagaba Q2.50 por año; creo que esta sería una medida que podría utilizarse nuevamente, e incluso usar un número de registro (como el número de chasís) para que nuestra bicicleta esté legalizado… porque talvéz a mí me acaban de robar una bicicleta y luego no tengo cómo comprobarlo.  Además, ese ingreso podría usarse para una buena casua como para ayudar a los ciclistas que han quedado lesionados en un accidente, o pensiones para ciclistas urbanos retirados de sus labores, o para un seguro para ciclistas ante cualquier inconveniente” fueron las palabras de don Luis ya para terminar nuestra plática urbana.

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DON RUBÉN ARMAS

«Profesión:  Mensajero Independiente»

Don Rubén Armas.

Desde hace 15 años, don Rubén trabaja como Mensajero Independiente. Fotografías: Robin Martínez/CGN

A don Rubén Armas lo encontré el pasado 10 de agosto de 2011, bien protegido con su casco, manejando su bicicleta en la sexta avenida y doce calle de la zona 10, camino a su casa ubicada en la Villa de Guadalupe, zona 14.

Seguramente de terminar sus labores del día, al descanso justo y necesario.

Con 60 años de edad, don Rubén es un hombre de armas tomar; trabaja como Mensajero Independiente.

Así es, leyó bien.  Incluso yo no había escuchado que alguien se dedicara a esta labor como Mensajero Independiente, pero como los chapines somos creativos para solventar nuestras necesidades, es de aplaudir lo emprendedor que es don Rubén.

Desde hace 15 años trabaja haciendo mandados y sus clientes son empresas que solicitan sus servicios.  Su sector principal de ruta es la zona 1 de la ciudad de Guatemala, por lo que si usted necesita de sus Servicios Profesionales de Manadito, puede localizarlo al número 4242-5300.

Nunca hizo ciclismo.  De hecho, la bicicleta que usa para trabajar la tiene desde hace 18 años, cuando un amigo suyo la armó por piezas y luego se la vendió.

Lo que ha hecho de ciclismo, ha sido muy poco.  Cuando tenía 46 años de edad, unos sobrinos suyos lo invitaro a echar unos «colasos» los domingos y luego se lo llevaron a una travesía a Esquipulas durante el primer año de pedalear.  Desde entonces no se pierde las travesías hacia Esquipulas y Cobán cada año.

Así, como don Rubén, muchos otros guatemaltecos admirables y saludables recorren nuestra ciudad como un modo de vida.

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RONY LÓPEZ

«Diez años de ciclismo urbano»

Rony López es mensajero y usa su montañesa como vehículo de trabajo. Fotografía: Robin Martínez/CGN

Este guatemalteco, aunque no lo parezca, tiene 54 años de edad.  Lo encontramos el pasado miércoles 15 de junio de 2011, llegando al edificio que alberga al Ministerio de Economía y la Diaco en la zona 9 de la ciudad de Guatemala.

Como el mismo Rony dice: «Me siento formidable de salud» y eso, que tiene 54 años…

Según nos compartió Rony, trabaja como mensajero para la empresa «Mensajitos y más» desde hace 1 año.

Cada mañana sale de su casa en el barrio El Gallito de la zona 3, hacia su ruta diara que cubre las zonas 1, 4, 9, 10, 13 y 14 con mayor regularidad, según sean las entregas asignadas por la empresa.

Practica ciclismo urbano desde hace diez años y, con una expresión de orgullo, nos cuenta que se siente formidable de salud.

Como anécdota, Rony López nos contó que hace algún tiempo era instructor de karate y que una de sus mejores tecnicas para fortalecer las piernas, fué precisamente con la bicicleta.

Para su trabajo diario usa una bicicleta montañesa marca Liderbike; lo encontramos debidamente equipado con su casco y un chaleco que le hace fácil de distinguir en el tráfico.  Además, como necesita estar constantemente comunicado con la empresa para la que trabaja, atiende llamadas al celular… pero con un hands free para no descuidar el manillar de su bici.

Aquí otro ejemplo de lo que siempre hemos comentado:  Si él puede… porqué otros chapines no?